Existen en esta ciudad (y en todas) dos tipos de doble fila. Por ejemplo un tipo es el que llega, para como puede y descarga lo que sea o a quien sea y se marcha.
Pero luego esta el típico imbécil que deja su vehículo donde le da la gana y el que viene por detrás le toca joderse y aguantarse. Ejemplo valido es el imbécil que deja el coche en doble fila en Los Ovalle impidiendo que pase nadie mas y encima te dice que aún entran dos coches mas... Otro ejemplo es el de las personas que cortan un carril entero en María Auxiliadora y hacen sus compras tranquilamente mientras tu intentas esquivarlos.
Luego tenemos también a los señores transportistas. Estos pueden saltarse a la torera el horario de carga y descarga y dejar los camiones ocupando un carril de El Greco a las 8 de la mañana o a las 2 de la tarde...sin prisa.
También tenemos a los que en Gran Vía se lo toman con calma por aquello de que voy un momento al despacho a dejar...y así el Autobús tiene que hacer un requiebro saliendo volando los pasajeros del mismo.
No olvidarnos de los que a las puertas de los colegios dejan los coches en doble fila ya que aparcando tardan el doble y total solo es en lo que suelto al niño de la silla, le pongo el abrigo, cierro la puerta, espera que se ha dejado el juguete, lo llevo a la puerta del cole, dos besos, pórtate bien y según regresan al coche te levantan la mano en un gesto de...era solo un segundo.
Y seguro que nos dejamos muchos más, como los del paseo de la Estación, o los que dejan el coche en la parada del bus o los taxistas que paran donde quieren para que se baje la señora que se lo toma con calma (a este último gremio les venden los coches sin intermitentes por cierto).
Pues eso. Esta entrada se la dedicamos a todos ellos.